62 - TRAUMA - 29 SEPTIEMBRE

 



A. REsumen.

Eres energía del universo constituida como cuerpo físico, que desde el punto  de vista de la vida, eres un alimento que comienza su camino a través de los labios. Igual que los labios vaginales por donde nace un bebé, los labios de la boca son los que llevan a ese bebé al camino de la vida.

A partir del primer alimento, el cuerpo se predispone a comprender que todo lo que ingiera, le le convertirá en lo que es, renacerá día tras día, multiplicando sus células y regenerando las viejas. Imagina, pues, que los labios y la lengua, el padre y la madre, acarician tu cuerpo en el ingreso a la vida, la boca, el útero creador. Ahí se procesa tu esencia, siendo dividida por la fuerza de tus ancestros: los dientes.

Todo tu árbol genealógico y la carga genética hacen que el ser real se divida en chakras, y de chakras a órganos, glándulas, músculos, huesos, creando muchos aspectos que te compondrán, y que por más unidos que se vean, son aspectos diferentes moldeados por la fuerza de la biología ancestral. Cada diente en cada mordisco te dará una nueva forma. Puede que lo veas como algo terrorífico, pero en realidad, esto te permite ver lo que llevas dentro, tu potencial.




Digerir o procesar una información es separarla en partes para entender lo que se puede hacer con cada una de ellas. La vida es el mecanismo de digestión espiritual, en que un ser que lo es todo tiene la posibilidad de dividirse para entender la utilidad de sus partes. Así los ancestros y familiares moldearán y dividirán tu ser para que puedas utilizar cada pequeño aspecto del mismo. Si no masticas, no comes, y morirás. La presión de los dientes es equivalente a la presión de los ancestros, la tensión generada por la historia.

Los incisivos y colmillos cortarán, separándolos del todo, convirtiéndolos en un individuo, con una personalidad con la que enfrentaran el mundo. Los mandatos del padre y la madre son los que moldearán este trozo de vida que eres hoy. Luego, tu voluntad por aprender, para actuar, tu posición en la sociedad, la cultura, la escuela, los amigos, el trabajo, los mandatos ancestrales, cada diente y molar ejercerán una presión sobre ti que dará forma a lo que eres. Y muchas de esas presiones los llamarás Traumas. Suelen surgir en el proceso de formación, cuando más presión ejerce el mundo sobre ti, pues está formándote, moldeando tu materia para ser digerida.

Trauma viene de la palabra griega “Herida”. Es decir, los cortes, golpes, mordidas que recibes en tu historia. Cuando muerdes una manzana, estás provocando una enorme herida, y cada mordisco que le das para convertirla en bolo alimenticio, es una nueva herida. Cada llanto, reto, castigo, grito, juicio, crítica, abuso, mandato, control, crisis, manipulación, todo ello moldea tu ser al punto de separar tanto tu esencia que la misma deja de estar en tu centro para ser parte de tus emociones, actitudes, manos, pies, órganos. Seguramente ves este proceso como algo doloroso y absurdo, pero tiene un sentido. 

El Universo es como un Gran pedagogo que aconseja el libre albedrío como forma de aprendizaje, mediante prueba y error. El dolor y la herida son parte del proceso de asimilación. Creer que el universo fue diseñado para aprender y expandirse y no debería permitir que una persona sufra o viva injusticias, es la mentalidad de un dictador que considera según sus creencias qué está bien y qué está mal sin discernimiento inteligente sobre sus propias creaciones. Cuando dices que el Universo es injusto por permitir el sufrimiento , te olvidas que aprendiste a andar en bicicleta porque te caíste varias veces intentándolo. Incluso el ADN tiene sus errores, llamados mutaciones, lo que los hacen ser lo que son ahora. Sin errores hoy seguirían siendo una bacteria en el caldo químico de un géiser de un volcán marino.   

“Las heridas te hacen más fuerte”. El problema que tienen los humanos es que lo moralizan todo según sus creencias. Es injusto que el Universo permita el sufrimiento, pero es educativo castigar a un niño cuando se porta mal. Es injusto que haya hambre en el mundo, pero es normal enviar a un niño a su cuarto sin cenar. Es natural pensar que un niño aprende por errores, berrinches y caídas, pero se horrorizan cuando hay una crisis nacional culpando a otros. ¿Por qué no ven que las pequeñas cosas que aceptns con naturalidad son los cimientos de las grandes cosas que juzgan  con soltura? 

El bolo alimenticio se dirige por el esófago, así como el camino personal, en que te dirige hacia un destino inevitable impulsado por el mandato de los padres en la lengua. Hasta que, al llegar al mundo, amplio, en el estómago, te das cuenta de que todo es mucho más amplio, que no hay un sólo destino, sino que puedes convertirte en lo que quieras. Así, los fuertes ácidos de la vida, las culturas, los viajes, las personas que te rodean, la sociedad, las creencias, todo comienza a destrozar tus  mandatos creando los propios, desmenuzando lo que eres. Aquí comienzas el proceso de entender que las cosas no son lo que tu creías, y empiezas a analizar el mundo a tu alrededor, hasta que te das cuenta que ese mundo que percibes y que te disuelve, en realidad es una percepción interior, y que te diriges a tu propio camino del mundo interno: el intestino delgado.

Aquí es cuando comprendes la esencia de cada uno de tus componentes, pero ya no como la esencia, sino transformada, pues hubo reacciones que despertaron potenciales que de otra manera nunca hubieras visto. Los intestinos empiezan a absorber todo lo esencial. Llega la entrega, el perdón, el soltar, el liberarse, la sanación. Así, en este largo camino de 9 metros, te dispones a comprender la lógica y objetivo de cada uno de tus traumas, de tus heridas, de lo que tus ancestros te hicieron, te dieron, y lo que tu mismo aceptaste. Cada mordida de la familia dental y cada descomposición de tu ser por parte del mundo estomacal, han permitido que hoy puedas ver la verdadera esencia y el potencial del interior, volviéndote alguien útil aquí y ahora, para el Todo. 

El trauma cobra sentido. Aunque les cueste trabajo entender que muchas veces, cosas tan dolorosas como los abusos, violaciones, asesinatos, golpizas, y tantas cosas horribles que suceden, aquello que consideras  la mierda del mundo, son todos trozos que no se han abierto a entregar su esencia, a expandirse en libertad, y se aferran a lo que creen y a la personalidad, cerrándose, endureciéndose, al punto en que ninguna de sus partes se integra, y así, pasan al intestino grueso a estar bajo mayor presión, creando el bolo fecal, es decir, la caca. La palabra Caca viene del griego “kakós”, significando “Malo”. Lo malo “les huele mal”, y esto es una reacción natural y biológica de su evolución que los ha ayudado a sobrevivir sin intoxicarse, haciéndolos identificar lo venenoso o dañino.

Entonces usan estas descripciones para referirse a las personas o situaciones que les hacen daño. Lo bueno es que, en el universo, esa caca servirá para nutrir las plantas, que florecerán, y generarán frutos. Toda mierda, toda maldad, es el abono de un nuevo florecimiento, de un nuevo fruto. De igual manera que alguien abusado defiende a los indefensos como a gran escala los fascismos han sido abono de la libertad de expresión y el avance en derechos humanos. 

La clave está en ver todo lo negativo de sus vidas, como el abono para su florecimiento. Y no cerrarse al dolor, a bloquearse, a encajonarse en sus creencias y prejuicios, pues todo lleva al mismo destino cuando no se es absorbido por el Cosmos, es decir se vuelve como abono. El ciclo de la reencarnación es justamente el hecho de que el abono se vuelva planta, flor, fruta y vuelva a ser comido por el proceso de una nueva vida, naciendo en los labios de la madre.

Entonces, si estás listo para enfrentarte a ello, toma la libreta, y apunta todos los traumas que recuerdas. Éstos se han aferrado a tu cuerpo y forman parte de ti como las cicatrices de aquellas heridas que te has o te han provocado. Hay cientos de formas de ser traumatizado: mental, emocional o físicamente. Y la mayoría se ocultan en el inconsciente, o aún peor, en el océano del subconsciente. Anota tus traumas, no los niegues, son parte de lo que eres hoy, de tu búsqueda, tu camino y proceso.
Toda herida te hace más fuerte, toda mierda es el abono de tu flor, ¿Estás dispuesto a florecer y aceptar el abono de cada uno de tus traumas?, agradece en lo que te has convertido por ellos, observa el preconcepto y  libéralo, para que puedas absorber lo esencial de este abono, y así expandirte hacia la luz, abriendo tu hermosa y bella flor, la cual dará sus frutos para nutrir un nuevo mundo, una nueva vida.

B. PODCAST. 

Relato de cada tema en audio para agilizar su comprensión. Dale clic a la Imagen para ir al episodio 


C. VIDEO. 

Aquí esta el Resumen en Español de la explicación del Camino YOSOY junto con una meditación (Matías le llama Alineación) 



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