36. CREENCIAS - 3 SEPTIEMBRE
A. REsumen.
Creencia viene de Creer, que se origina del concepto latino de “tener fe”, “pensar que algo es posible”. Así, Creencia viene de “creentia” con su sufijo “-ntia”, que es “la cualidad de pensar que algo es posible”. O en inglés “belief”, que proviene de las raíces sajonas “galaubyan”, que significa “mantener lo querido”. Ambos conceptos, implican sostener durante el tiempo aquello que los hace sentir, que los mueve, que es posible, o que desean. Si creer es un acto personal de un individuo en una circunstancia específica de tiempo y espacio, la creencia es un acto colectivo que trasciende tiempos y espacios, es decir, que atraviesa generaciones y va más allá del individuo. Son conceptos que se adoptan y heredan.
Por ejemplo, si una persona ve el cielo, podría decir que es color celeste y lo que siente al verlo es amplitud y apertura. Cuando a su hijo le haga mirar el cielo, le dirá: “mira qué celeste hermoso, qué amplio es el cielo”. Y maravillado en la contemplación, su hijo le mirará e imitará la emoción, relacionando naturalmente al cielo con el color celeste y lo amplitud. Pero el cielo no es ni amplio ni celeste. Si te pones a pensarlo bien, el concepto de cielo no existe, ya que lo que ves es sólo la luz del sol refractada sobre los átomos de nitrógeno, oxígeno y argón. Los cuales se acumulan por presión, así que alguien podría pensar que más que amplitud, es casi una prisión de presión.
Dependerá de lo que obtienes en tu observación, pero la emoción es lo que esperas que sea. Tu cuerpo necesita la seguridad de que lo que ves sea así. No puedes explicarlo, sólo puedes sentirlo, por ello, se basa en la fe. Puedes saber ahora que el cielo lumínico que ves, en realidad no existe es sólo un espejismo atómico, sin embargo, no sentirás los átomos, sólo sentirás la relación entre tu cuerpo y lo observado es decir la emoción. Y esa emoción es con la que transmites a los demás tu mirada… La compartes porque tienes “fe” en ella, en lo que ves. Es difícil para un humano aceptar que nada de lo que ve o en lo que cree realmente existe, la mente necesita puntos de referencia, concreción, para poder existir, por esto se esfuerzan a creer en lo que ven y sienten por más que de algún modo sepan que no es real. Así la mente se aferra a lo que percibe, y al transmitirlo, va más allá del individuo, se convierte en un concepto, y termina por ser una creencia.
Entonces, en cierta forma, todos son constructos de creencias, nadie puede escaparse de las creencias porque son el resultado de la percepción del mundo. Eres el resultado de miles de creencias, que no sólo tienen que ver con mandatos familiares, religiosos o machistas, sino que también con la mirada del mundo, lo que les gusta comer, lo que los divierte, sus hobbies, lo que les interesa saber… Todo son creencias. Y no están mal las creencias, les ayudan a tener herramientas previas, a no tener que construir de cero la visión del mundo, les entrega capacidades innatas para percibir.
Piensa bien, un grupo humano en la prehistoria, desarrolló la habilidad de cazar Mamuts para sobrevivir. Entonces, la única manera de hacer que la tribu sobreviva era transmitir la creencia de que sin Mamuts todos morirían, porque ese animal tenía lo necesario para crear ropa, casas, herramientas, utensilios, era la base de su divinidad, su alimento, todo. Así la creencia es una herramienta de supervivencia. Cada familia ha utilizado desde entonces la creencia necesaria para su trascendencia. Algunos han visto que sólo los hombres iban a cazar, y se genero la creencia de que sólo los hombres pueden trabajar. Otros vieron violencia en su familia y cómo a través dela violación nacían más niños, y generaron la creencia de que la única forma de tener descendencia o de amar es con violencia. Otros vieron que la fe mantenía a todos unidos y se creo la idea de que la religión los mantenía en comunidad.
Así que el significado de creencia es aquello que quieres la cualidad de tener fe en que algo sucederá. Es importante entender que hoy lo ves como algo negativo, que los ancla, pero en el primer momento en que surgió, les dio resultados positivos y por eso siguieron imitando generación tras generación, hasta que dejó de darlos. Y ahí es cuando surge la necesidad de liberarse de las creencias pasadas y crear una nueva.
Las personas a las que se les dijo que sólo Dios les daría cobijo, transmitieron la creencia de que Dios es lo único capaz de salvarlos y sin darse cuenta repiten hasta hoy frases como: “gracias a Dios”, “Oh Dios”, “Dios quiera” “Primero Dios” “Dios mediante” (que también en español suelen decir desde la lengua árabe “Ojalá” = in-sha’a Alá), “Dios te bendiga”, etc. Aun si ya no son religiosos, la siguen proyecto nuevamente creencias como los extraterrestres, o maestros, o ángeles, o en el universo, la ciencia, la tecnología, o el arte… Pero la proyección continúa, pues la creencia es “pensar que algo es posible” y todos, tanto ateos como religiosos, espirituales y naturalistas, todos tienen la esperanza de que las cosas pueden lograrse, que algo pueda pasar, cambiar, mejorar. Todos creen. Cuando una persona tiene una creencia que duele, que se repite y la ha identificado, lo que necesita es crear una nueva creencia.
Una creencia es una forma de observar, de moverse por el mundo, de tener herramientas para actuar. Pero desde la Inconsciencia, la Creencia los detiene en el prejuicio, la preconcepción y la preocupación, llegan a una conclusión antes iniciar la acción. Si en el Universo la clave de la existencia es la transformación constante, esa transformación se entiende como energía en contante movimiento, la cual a su vez es eterna que significa “Amor” pues a mortis significa sin muerte, esto implica que una creencia que no se permite transformar, pone su foco en la visión de algo preconcebido, es una creencia que densifica la energía de amor al volverse lenta, generando rencor, odio, separación, conflicto y estructuras de patrones heredados. Para que una creencia sea útil, la misma debe ser flexible y hacer honor a lo que su propio nombre significa: “amar la capacidad de pensar que las cosas son posibles”.
Es decir, no es cuestión de eliminar o liberarse de las creencias, sino honrarlas por haber sido las que te trajeron hasta aquí, y tener la suficiente confianza en ti mismo como para transformar y actualizar esa creencia a tu tiempo y contexto actual, a las necesidades de tu momento, a la percepción de tu entorno, pero a su vez, siendo capaz de permitir a los otros, a los futuros, crear sus propias creencias, libremente, para que no entre en conflicto con las propias.
Eso es Amor Incondicional. Respetar las creencias, pues todas son voluntades de que las cosas puedan suceder, tener fe en que son posibles y liberar a los otros para permitirles observar con sus propios ojos. Por ello muchas veces los hijos suelen venir a romper los patrones de creencias de sus padres, y cuanto más conflicto y resistencia ponen sus padres, más doloroso será la ruptura, pero debido a este conflicto, el patrón de creencias pasará igual y los hijos repetirán lo mismo que sus padres. Esto es algo muy común que se ve en todas las historias de familia, Por ejemplo, un niño que es presionado por sus padres en la infancia para ser doctor, cuando él realmente quería ser artista, sufrió tanto que se dijo a sí mismo: “no haré lo mismo que hicieron mis padres conmigo”, pero después, presiona a su hijo para que sea artistas porque él no pudo serlo, y tal vez su hijo quiere ser doctor.
Las creencias se trascienden cuando las honras y aceptas que esas nos son tuyas y amorosamente creas unas nuevas, con la consciencia plena de que ahora las tuyas deben ser libres para los que vienen, permitiéndoles transformarse, reconociendo que tu visión no es ni la más real, ni la más segura, simplemente es una más, sin que esto implique ponerte a la defensiva, sino en una posición constructiva. Empieza identificando cuales son.
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