29 - LA DEFENSA - 27 AGOSTO
A. REsumen.
Muchas veces al tomar conciencia, al soltar y perdonar se puede callar o quedar con cosas no dicha, que no se expresaron. Esta energía no liberada lleva de igual modo al odio a la represión, esto sucede porque en el afán de moralizar y espiritualizar la consciencia se olvida que la misma no es humana. La Consciencia no puede ser medida por parámetros éticos, sino por parámetros energéticos. Debes pensar en la consciencia como una brújula que te guía en un mundo caótico. Cuando las corrientes del Inconsciente te hacen perder el rumbo en el gigantesco océano del Subconsciente, es la Consciencia la que te guía… Y una brújula posee una carga magnética positiva y una negativa. La positiva se alineará con la carga positiva del polo norte, así no te perderás, sabrás siempre dónde estás. Y saber donde estas y a dónde vas, no tiene nada que ver con cuántas cosas llevas en tu barco. Tal vez el peso haga tu viaje muy lento, e incluso, con riesgo a sumergirte. Tener la mirada clara en el destino no significa que no puedas hundirte en el intento de llegar a él. Tirar cosas al océano para aligerar tu carga y llegar más rápido es lo que la mayoría suele hacer. El problema es que llegarás liviano, pero sin recursos. Unos de los grandes errores es creer que ser consciente es hacer el proceso más rápido. Pero no es así. Ser consciente es ir más lento, pero sabiendo a dónde vas. Ser Inconsciente es haber perdido el norte y creer que tirando cosas por la borda escaparas más rápido pero cuando un comerciante de la consciencia llega al puerto sin nada que vender, debe volver a navegar el mismo camino, por la misma ruta, el mismo puerto y las mismas personas.... Repitiendo historia.
¿Qué es lo que te hace volver una y otra vez a los viejos puertos en lugar de crecer en el propio? Pues, Has dejado muchas cosas sin trabajar en el camino. no es cuestión de llegar rápido, sino de redistribuir el peso dentro del barco. Pues lo que ahora es una carga, será después la base de lo que te enriquecerá al llegar a tu destino. Como cuando después de una crisis encuentras la solución, la alegría de haberlo superado es mayor de lo que sería tu estado natural sin haber pasado por ello. Ese peso, es una energía que debes transformar. Esto No significa que cargues odio contra ciertas personas, sino que has acumulado energía que ya no necesitas. El odio está en ti, y se llama “falta de amor”. Entonces, este largo proceso de navegación te debe servir para meditar sobre las cargas que llevas en tu barco para llegar al puerto guiado por tu consciencia y usar esa mercancía para un propósito, dejándola ir, enriqueciéndote en el proceso de su entrega. Debes soltar la creencia de que este peso es el que no te deja llegar al puerto.
En tu trayecto como navegante, te cruzarás con muchos barcos, algunos piratas, lo normal es estar alerta sobre todo, por aquellos que quieren vivir de los recursos que tú has conseguido. Todas las personas que a lo largo de sus vidas viven robos emocionales, invasiones, ataque de intrusos, corrupción o traiciones inesperadas, tensionan más y más la proa del barco, la cual en tu cuerpo es el pecho, el esternón. Este hueso en el centro de tu pecho que abre el camino, rompiendo las olas. los maderos laterales que conforman el babor así como el estribor, son tus costillas. Los tesoros están en tu Corazón, Pulmones y Timo. Allí está el suspiro del viento, la Vela, los tesoros y riquezas, ya sean los nutrientes, los glóbulos, la sangre que se encuentran en el cofre sagrado de tu corazón. Y sobre el cofre el timo que son los sacos protectores que cubren de los ladrones, de la lluvia y todo daño externo. Cuando lo sagrado que vive en ti se ve amenazado por los conflictos externos, el mismo cuerpo opta por una postura natural e inconsciente que te lleva a proteger el pecho. Acurrucarse o Cruzar los brazos sobre él.
Esta posición es natural, pues el cerebro, y cada célula, busca proteger el Corazón, ya que es gracias este que la sangre, glóbulos, nutrientes y oxígeno, circulan haciendo que todo funcione. Lo mismo pasa dentro. El Timo es esa glándula que protege y rodea al corazón, cuidando al cuerpo completo. Lo hace mediante la generación de hormonas y células que dan vida al Sistema Inmunológico. Desde antes de nacer hasta llegada la Adolescencia, el Timo cumple una función primordial en el cuerpo: defenderlo de toda amenaza externa, virus, bacterias, células enfermas. Es el centro de máxima defensa, haciendo que todos los demás órganos se sientan seguros y estables.
Biológicamente esta glándula defiende aquello que amenaza el equilibrio de tu cuerpo, energéticamente es también la glándula que defiende de las amenazas emocionales, interpretando que aquellos que te traicionan, roban, corrompen, dañan, son esos virus, bacterias y células cancerígenas. Los piratas de tu barco son aquellos que amenazan la seguridad de tu tesoro en el lento viaje hacia la Consciencia. Cuando estos piratas se suben a bordo, el barco se detiene, pesa más, y se libra la batalla. Este peso, es equivalente al vacío que dejarán al irse. Un sinsentido que hace perder la lógica de llegar al puerto. Te hace volver hacia atrás, dañado. Ese peso del desastre que dejan en ti, puede convertirse en odio si no eres capaz de poner orden. Tú decidiste llevar esa carga y arriesgarte a que ataquen tu navío.
El sistema inmunológico no destruye los virus al principio. Los integra, los absorber e interpreta. Al integrarlos los convierte en anticuerpos y usa su misma base genética para atacarlos, como las vacunas. Las vacunas no se hacen de soluciones mágicas contra los virus, se hacen del mismo virus, lo que hacen es que tu sistema inmunológico reconozca al virus, así, cuando el mismo venga, no me afectará…
El Timo no se cierra ante amenazas, por el contrario, las incorpora, las reconoce, las asimila, para que luego, las mismas sean una herramienta. No hace falta destruir ni defenderse de nada, simplemente, utiliza la misma fuerza del enemigo para convertirla en tu potencial, sin vencer al enemigo. La Incondicionalidad implica no imponerme sobre los otros, no convertirme en pirata, implica ser y dejar ser. Pero para aprender a dejar ser, primero debo aprender a ser, a valerte por ti mismo. Comprende que te estas transformando libremente, superándote. Eso se llama Amor. El daño al sistema inmune es una falta de respeto personal, es una falta de amor propio, de respetar el poder interior entregando la vitalidad al otro. Cuando te enfermas, sueles decir “tengo las defensas bajas”, lo mismo que dices cuando buscas amar “bajar las defensas”. El cuerpo biológico, busca defenderse para valerse por sí mismo. Aquellos que no poseen amor propio, lo buscan en otros, al mismo tiempo en que se protegen por demás, llevando a conflictos inmunes.
Para abrir tu corazón al amor incondicional y protegerte sin caer en el proteccionismo debes observar tu postura. ¿Cómo te sientas? Hay dos posturas extremas: aquél que saca el pecho tirando los hombros para atrás, está siempre listo para dar batalla y defenderse de todo lo que le rodea. Por otro lado esta Aquel que encorva la espalda dejando caer sus hombros hacia el pecho, tiene miedo y se protege del mundo negando el mundo, dolido por los ataques y el peso del mismo.
Educar la postura del cuerpo cambia la forma en que los órganos actúan y modifica su funcionamiento hormonal, generando, una amplitud de emociones distintas. Intenta pensar en cómo te sientas, busca poner tu espalda recta, los hombros naturalmente a los lados, pecho firme, pero sin sacarlo hacia afuera, sino en alto. Esto te ayudará a destensar el esternón, quitando presión al Timo y así liberar el Corazón para comunicarle al Timo que eres capaz de estar en tu eje y no presionarlo para que te defienda
La única forma de encontrar la paz es habiendo reconocido la guerra, las batallas que has dado. No sabrás lo que es perdonar sin antes haber sido atacado. No conocerás lo que es ser incondicional sin antes haber experimentado las condiciones. No reconocerás la libertad sin antes haber sentido la opresión. Para dar el primer paso, deja de poner presión en tu pecho. Estírale, hazlo sonar, crujir, inspira profundo llenando tus pulmones como nunca antes, sostén el aire el mayor tiempo que puedas y exhala muy suavemente hasta desinflarte del todo. Recuerda, la Consciencia es la brújula, pero de ti depende el peso que cargues. No te apresures, reconoce cada uno de los bienes preciados que llevas en tu barco, distribuye el peso. Guarda con sabiduría lo más valioso y cuando veas los piratas sabrás cómo actuar.
Por lo tanto, deja de creer que la consciencia es el objetivo, cuando sólo es una brújula. Reconoce que no debes tener prisa para llegar, pues al ir paso a paso podrás apreciar las riquezas que posees. Y no debes defenderte del mundo, sino fortalecerte para atravesar el mundo, aceptando los destinos de cada uno. Así, liberas a tu corazón de tu pesar, suelta las palabras no dichas, no tienes que perder fuerza defendiéndote de los ataques, sino más bien hacerte más fuerte, mirar al frente con firmeza, reconociendo que tu mayor escudo es el Amor y tu espada es la Incondicionalidad.
Abre tus brazos, libera la tensión, honra tu Timo por protegerte todo este tiempo ahora permítele brillar, mostrándole que en lugar de defenderse en una batalla biológica o emocional, debes expandirte y ser más que los virus y bacterias.
Muchas pandemias ha vivido esta humanidad. Su sistema Inmunológico está alerta, tratando de defenderlos de un virus, pero también de un virus social, político, ideológico, espiritual. Pandemia viene de la palabra “pandemonium”, que se traduce como “todos los demonios”. Cuando se sueltan los males, el Timo tiene dos formas de accionar: desde la Inconsciencia buscará defenderse contraatacando, peleando, luchando. O desde la Conciencia buscará ponerse por encima de los males, irradiando, trascendiendo, viendo más allá del conflicto, y asimilando el aprendizaje.
Atrévete a ver más allá del amor y el odio que has sentido, ponte por encima de los actores y actrices de este teatro del corazón y contempla la lógica. El verdadero problema de esta humanidad no es la pandemia que le asecha, sino la incapacidad de ponerse por encima y de abrir el corazón. Abre tu Corazón.
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