A. REsumen.
En muchas religiones existe el concepto de que el perdón es el alimento sagrado, pero en diferentes maneras de verlo. Desde la religión cristiana, el concepto de Perdón es el olvidar el mal o el error que otra persona ha cometido, lo cual mantiene la idea de que hay una víctima y victimario, un culpable y un inocente. Pero en realidad no funciona así. Estos conceptos son versiones morales o éticas. Como se habló en el tema de los átomos, uno tiene algo que el otro necesita. Si tu te dispones a dar, naturalmente y por ley de equilibrio, recibirás lo que necesitas. Esto se malentiendo socialmente pues se interpreta que aquel que necesita es pobre y el que tiene es rico. A esto se suma un concepto emocional: El que no tiene puede robarlo y cometer pecado, y quien tiene, será la víctima. Así como el átomo que posee más fuerza puede robarle al que menos tiene y dejarlo sin nada. En una visión moral, ese acto de sacar algo al otro, es lo que crea la perspectiva de víctima y victimario. Así, el concepto que antes conocías como “dar y recibir” o "intercambio energético”, se transforma en el concepto moral de “culpar o perdonar”. Todo su sistema de valores, de justicia, de búsqueda del equilibrio, se basa en esto. Aquel que ha cometido un error debe retribuir a la sociedad mediante pedir perdón o ser apresado. Pero la verdad, es que quien comete una injuria, lo hace ante la falta o necesidad. Y no se refiere únicamente a un pobre necesitado, sino también de un poderoso que ha perdido su amor propio. El control, el narcisismo, el paternalismo, el carácter de superioridad, todo ello es también producto de una carencia personal.
Es normal que los humanos tengan cierto recelo a Dar, porque toda la historia humana se ha valido en sobrevivir, para sobrevivir al invierno, hay que trabajar duro en verano y acumular reservas que les permita transitar el frío con comodidad y seguridad. Los primeros que protegerás será a los tuyos, a la familia. De ahí viene la necesidad de acumulación. Primero se ha acumulado alimentos, luego riquezas, luego emociones, dolores, rencores… Luego información, y así siguen tratando de hacerse dueños de las cosas, personas y emociones, tratando de controlarlas, haciéndolas propias. El concepto de “dar sin esperar nada a cambio”, va en contra de toda biología. Ningún átomo o célula da para perder. Siempre se busca completar el circuito, de otro modo, es un fracaso. Sin embargo, cuando despiertas y te vuelves consciente, puedes reconoces que la vida es infinita, y aun así, morirás, nada de lo que acumules podrás llevártelo, por lo tanto, no tiene sentido acumular, sino vivir lo que tienes. Así, cuando desde la inconsciencia acumulas por miedo a perder, en la consciencia reconoces que, dando, lo haces todo tuyo, pues ahora el mundo te pertenece en esa extensa cadena de dar y recibir. No tiene nada que ver con un sistema económico, sino con un sistema de valores. No implica los bienes materiales, sino las actitudes humanas. Muchos confunden este circuito con Comunismo, Socialismo o Trueque Medieval, pero en realidad, sería como pensar que un árbol debe ser igual que el pasto para que todos tengan las mismas posibilidades de dar y recibir. Por el contrario, cada uno tiene su manera de hacerlo, algunos crecen más que otros, pero todos entregan, dan sus frutos, liberan oxígeno, crean nutrientes, hogar y alimento para el bosque.
Es aquí cuando en la consciencia, se puede sanar la relación con la palabra Perdón. Perdón viene de los conceptos “Para Dar”, que en cierta forma significa “Soltar”, liberarte a ti y al otro de un preconcepto, de un prejuicio. Pero va mucho más allá, tiene que ver con que el Perdón no es Olvidar, sino la entrega de un potencial, el de la regeneración. Volver a empezar un nuevo ciclo. Los humanos han dualizado todo en sus vidas al punto de creer que lo dual es opuesto, cuando no lo es. Para que una bicicleta avance necesitas dos pedales. Para que un árbol dé frutos necesitas raíces por un lado y hojas por el otro. Para que un bebé nazca necesitas un óvulo y un espermatozoide. La dualidad es el motor, es dar y recibir. Los dos ojos focalizan el destino, los dos oídos amplifican la capacidad de escucharlo todo, los dos orificios nasales regulan la temperatura, las dos manos permiten crear, los dos pies te permiten caminar. Perdonar te permite seguir libre en el camino de la vida…
Retener el juicio genera la oxidación de tu dualidad, detiene la maquinaria generando chispazos que llamas rencor, ira, rabia, lo cual tratará de ser procesado por tu hígado y por tu vesícula. Y cuando no logres limpiar lo físico, la información pasará a las aguas de tu cuerpo, tus riñones tratarán de purgar esta emoción, pero si aun así no lo logras… aparecerá la frustración, y con ella el miedo a que se repita.
El perdón es una forma de energía, es entregar lo que posees ti, reconociendo su importancia, liberándote del control para soltar la energía que te estaba sujetando. Cuando logras perdonar, pasas de la etapa animal de supervivencia biológica a la etapa espiritual de la consciencia del ser. Pues tu cerebro prehistórico busca acumular para satisfacer sus necesidades, sin darse cuenta que al entregar, compartir lo poco que tienes, aumenta la posibilidad de recibir más de muchos. El tacaño tiene cosas, el que entrega tiene oportunidades. Así, el perdón deja de ser una forma de olvidar el error “pecador” y pasa a ser la posibilidad de que el pecador se convierta en un agente útil. Es un intercambio de energía. Ahí se encuentra el reto de los Victimarios. Cambiar el concepto del Perdón por Voluntad.
Esta potencialidad se encuentra en los electrones que se obtienen de nuevos compuestos químicos al mezclarse en el cuerpo, los cuales obtienen comiendo, bebiendo, digiriendo para que después los riñones e intestinos es decir el chakra Sacro, absorba los nutrientes, el cual ese rige por las glándulas adrenales quienes tomando el potencial de esa energía generada por los riñones e intestinos crean un nuevo potencial, activando la adrenalina, la hormona que da potencia al cuerpo, la que los hace actuar, tener fuerza para pulsar hacia delante.
la clave del Perdón está en la Voluntad, muchas veces se consideraba que el Perdón está en el Corazón y no en los Riñones, pues los humanos siempre creen que todo lo bonito está en el corazón y la mierda en los intestinos. Eso es como creer que los Economistas del Banco Central los que dan de comer y no los Campesinos que se embarran todos los días para cosechar los alimentos en el campo. El acto de perdonar desde la inconsciencia se interpreta que viene del corazón, porque los hace creer que son bondadosos con el pecador. Sin embargo, el Perdón va más allá, implica tomar acción, actuar con la voluntad de entregarte al servicio para hacer que el “pecador” se convierta en un actor productivo en la cadena del dar y el recibir. Aquello que actúa en disonancia es porque no ha encontrado armonía. Vamos a un ejemplo: Imagina un piano. Piensa que cada tecla del piano, las 88, son personas. Hay notas muy graves y densas y notas agudas y sutiles. Todos suelen ignorar las notas graves y agudas, de la misma forma que evitan a las personas demasiado positivas y a las demasiado pesimistas. Así que normalmente se quedan en el centro del teclado, con personas más equilibradas podríamos decir. Y cuando una de esas agudas o graves suena, puede crear disonancia, lo cual llaman comúnmente como “error”, que en latín se dice “pecata”, es decir: pecado. Ahora bien, si desde el concepto actual decides perdonar a esta nota que ha provocado dolor, estarías, olvidando la nota, para no tocarla nunca más. Pero la verdad, es que esta persona no cambiará con tu perdón, seguirá existiendo, siendo alguien, con todo el peso de sus acciones. Es decir, el perdón no libera realmente es solo un placebo moral y emocional. La nota sigue existiendo. Ignorarla no es la solución, sino darle un propósito en la melodía de la vida. Utilizarla para la canción de la sociedad. Y lo haces dando algo de ti, lo que hay en tu interior para activar su propósito, haciéndoles reconocer que ellos tienen algo que tu no y viceversa. Esto implica mover tus manos por el piano hasta los extremos, salir de tu comodidad de victimario, y acariciar sus mejillas haciéndolos partícipes de la música. A ese movimiento se le llama Voluntad. Utiliza la energía que consumiste para ser entregada a aquellos que han perdido su propósito, entregándoles uno.
El perdón no se demuestra con palabras, sino con acciones. Una de las grandes carencias de la humanidad, no es el Perdón, sino la Voluntad. Es más fácil sentarse y relajarse en la comodidad del sofá, que levantarse y hacer algo. Cuesta. Imagínate decir “voy a levantar el teléfono para hablar con esa persona que me pelié”, “voy a buscar la manera de solucionar aquel conflicto que quedó pendiente”, “voy a enfrentar a mis enemigos para soltar esta tensión que llevo dentro”, es muy difícil. Lleva su tiempo.
La falta de Voluntad es la muestra de la conformidad humana ante los conflictos. Creer que siempre habrá alguien más que lo haga por ti. Un maestro, un padre, un político, una ONG, un científico, siempre se suele delegar la responsabilidad en un intento de ahorrar la mayor cantidad de energía en el individuo. Perdonar no se aplica sólo entre la víctima y el victimario, sino que también debe aplicarse a uno mismo: “Perdonarse”. Perdonarse a uno mismo es probablemente una de las cosas que más les costará hacer, porque nunca se consideran culpables sino víctimas. Y la verdad es que siempre que dejas algo por hacer, siempre que niegas enfrentarte a los resultados de tus actos, siempre que tienes que solucionar tus conflictos, prefieres no hacerlo, te sientas a esperar un salvador. Es más fácil ser la víctima. Perdonarse a uno mismo, no es decirse condescendientemente: “no sabía lo que hacía”, No. Perdonarse es ponerse de pie, tomar acción, resolver y poner la energía en funcionamiento, utilizar la emoción en pro de la generación de algo nuevo que solucione lo viejo.
Para esto el primer paso es reconocer lo que no te perdonas. Luego lo que no perdonas a otros. Anotarlo, hacerlo visible, tangible, físico. Y luego, recordar que la forma en que la Voluntad se activa es mediante el pulso de la adrenalina, entonces, hay que depurar el cuerpo. Comienza a beber más agua, menos azúcares y en cada vaso de agua pon una intención, por ejemplo: “Voluntad, Amor, Sabiduría, Perdón, Libertad, Consciencia, Claridad”, , un concepto por día. Puedes pensar en ello mirando al agua, o mucho mejor decírselo antes de beberla: “Yo Soy Voluntad, Yo Soy Amor…” etc. Así sus moléculas se ordenarán acorde a esta nueva sintonía y transmitirán esta información al agua en tu interior. El siguiente paso, será la Comida. Comienza a reconocer si comes con culpa: animales muertos que han sentido dolor, angustia, desesperación, ello bloquea tu fortaleza interior. Cambia tu dieta, lentamente, paso a paso, a lo largo de todo un año… Nunca, jamás elijas el lunes para empezar tu dieta, pues para tu cuerpo es como saltar en paracaídas de un avión. La intención dura lo que tardas en tocar la tierra. Tómalo como salir a andar en bicicleta 30 minutos diarios. De a poco, lento, y accesible.
Cuando hayas depurado tu cuerpo por un año, y hayas cambiado tu alimentación, todo ello con la consciencia de regresarte la fuerza de voluntad para actuar, vuelve a escribir lo que debes perdonar en ti y en otros. Ahí, toma acción, paso a paso, entrégate y da lo mejor de ti, así, de igual manera, recibirás lo mejor de los demás
Nútrete, púrgate, perdónate, acciona, y perdona a los demás dándoles un propósito en tu vida y en sus vidas.
B. PODCAST.
Relato de cada tema en audio para agilizar su comprensión. Dale clic a la Imagen para ir al episodio
C. VIDEO.
Aquí esta el Resumen en Español de la explicación del Camino YOSOY junto con una meditación (Matías le llama Alineación)
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